Danilo Miranda transitaba apresuradamente a lo largo del aeropuerto de Río de Janeiro. Se dirigía al otro lado del mundo para asistir al Foro Mundial de Enviadores. La conferencia destacaba el compromiso con la globalización de la IMB y otras organizaciones enviadoras. Fue una conferencia muy oportuna para el misionero de la IMB originario de Brasil. El ministerio de Danilo en Brasil se ha centrado en movilizar a las iglesias brasileñas para cumplir la visión de Apocalipsis 7:9.

La bendición inesperada, por ir deprisa por el aeropuerto aquel día, fue ver a su amigo, un misionero brasileño recién comisionado, camino a África. El nuevo misionero saludó a Danilo. Antes de orar juntos, se abrazaron. Danilo se alegraba pensando en su amigo, quien se dirigía a África como misionero de alianza global en un equipo de la IMB, en gran medida gracias a la motivación y capacitación que él le había brindado.

En el Foro Global de Enviadores, Danilo se reunió con líderes africanos. Les habló de otro amigo que, al igual que otros, deseaba llevar el evangelio a los menos alcanzados de su región a través de Africans on Mission (Africanos en Misión) para el ministerio en otros continentes.

Danilo declaró: “Ese es nuestro objetivo: conectar”. Luego compartió varias anécdotas, como la antes mencionada, donde Dios orquestó encuentros que se convirtieron en relaciones fructíferas y mutuamente beneficiosas.

Catherine, la esposa de Danilo, creció como hija de misioneros de la IMB en Brasil, explicó: “Nos damos cuenta de la importancia de motivar a estos equipos transculturales a trabajar juntos. Es un reflejo del cuerpo de Cristo para el mundo. Además, nos ayuda a aprender mucho sobre cómo trabajar con personas distintas a nosotros pero con la misma fe y el mismo objetivo de alcanzar a los no alcanzados y plantar iglesias saludables”.

Esta pasión por la globalización comenzó a surgir en Danilo cuando era apenas un adolescente y estaba siendo discipulado por Mark Johnson, un misionero de la IMB. Después del seminario en los Estados Unidos, Danilo y Catherine regresaron a Brasil para trabajar entre las etnias indígenas de Brasil.

En su puesto actual, Danilo pasa tiempo en las iglesias y las convenciones bautistas brasileñas, capacitando a otros como envidadores saludables. Sabe que, si el objetivo es llevar a cabo la Gran Comisión, la Gran Búsqueda requiere cooperación e integración. Eso significa “todas las naciones para todas las naciones”.

En Río, él se conecta fácilmente con otros brasileños sin dejar de centrarse en los no alcanzados de las partes más remotas del mundo. Ya sea que esté hablando con jóvenes o con pastores jóvenes o con familias, planteándose la posibilidad de dejar Brasil a causa del evangelio, Danilo les ayuda a reflexionar acerca de cómo Dios podría utilizarlos para difundir el evangelio. Para muchos, es el momento oportuno para aprender un nuevo idioma, viajar a tierras desconocidas y llevar el evangelio a quienes nunca lo han escuchado.